EL ARTE DE LA SUBVERSIÓN Y LA MIRADA FEMENINA
En este blog de arte contemporáneo feminista, voy a hacer una comparación entre "Le Déjeuner sur l'herbe" de Édouard Manet, también conocido simplemente como "El picnic" y mi cuadro llamado "La Maravilla".
"La Maravilla" se inspiró en "El Picnic" porque quería hacer un cuadro en el que una mujer conflictiva está en proceso de superar la vergüenza. "El Picnic" fue un cuadro desvergonzado y polémico que me inspiró. Su controversia me fue explicada dos veces. Una vez en mi clase de historia del arte en la Universidad de Washburn como estudiante de arte en 1983 y otra vez en mi clase de Mujeres y Arte en el Instituto de Arte de San Francisco, en 1989, mientras realizaba mi máster en Bellas Artes.
Eran 2 puntos de vista diferentes. En Washburn, el profesor explicó que la razón por la que el cuadro era controvertido era porque la desnudez pública estaba condenada cuando se creó este cuadro. La bañista del cuadro de Manet lleva la típica ropa interior victoriana y no el típico traje de baño. La gente no se bañaba en los ríos, sino en privado dentro de sus casas. Por lo tanto, "El Picnic" fue visto como una connotación sarcástica a la prostitución, que era rampante en ese momento en París y en las grandes ciudades de Europa.
La clase de Mujeres y Arte me introdujo en la mirada masculina. Laura Mulvey fue una de las artistas que estudié y se le atribuye el mérito de haber sacado a la luz el tema de la mirada masculina en el cine y el diseño de la curaduria femenina. En esta clase me mostraron cómo las mujeres artistas de los años 60 y 70 subvertían la mirada masculina.
En los años 2000 hice un viaje a Europa en el que visité el Musée d'Orsay y vi el cuadro de Manet del picnic. Era enorme. Lo estudié durante media hora y su imagen permaneció en el fondo de mi conciencia hasta que empecé "La Maravilla" en el 2007 en una residencia artística en Oaxaca llamada "La Curtiduria". La Curtiduria fue cuando empecé una serie de mujeres enmascaradas que protestaban contra la vergüenza. La máscara se utiliza como símbolo de rebelión, como los zapatistas. Así que quise tomar "El Picnic" y subvertirlo.
Quería pintar a una mujer sin escándalos. Así que la pinté sola. Piernas cerradas, brazos colocados para flexionar los músculos mientras en una pose relajada nos presenta a una mujer que busca algo mucho más grande que ella misma, pues su mirada no se dirige a nosotros, sino arriba. Ha comido del fruto sagrado de la uva y la granada. Estas frutas tienen un doble simbolismo religioso intercultural, de fertilidad y abundancia debido a sus numerosas semillas, pero también de libertinaje en la mitología griega, y de sangre y muerte relacionadas con Jesucristo en las creencias cristianas. El caballo está a sus anchas, sin silla ni freno, símbolo de libertad y sexualidad reservada.